¿Porqué Dios salvo a la humanidad?




El responder esta interrogante podría suponer un verdadero reto para muchos, porque todos seguramente conocemos como Dios salvo a la humanidad, de que la salvó y de qué manera la humanidad puede acceder a la salvación provista por Dios, pero más allá de todo esto es necesario poder conocer a ciencia cierta: ¿Por qué Dios salvo a la humanidad? ¿Estaba obligado a hacerlo? ¿Qué motivo a Dios para hacerlo?
Para poder dar respuesta a esta pregunta es necesario remontarnos desde el principio de todo. Y el primer cuestionamiento es: ¿Por qué el hombre necesita ser salvo? Y si necesita ser salvo, la otra interrogante surge inmediatamente diciendo: pero ¿De qué?
Todo lo que creo Dios en un inicio fue bueno, fue excelente, fue perfecto, pero dicha perfección en la creación no duro para siempre. Dios creo todo excelentemente pero había un gran detalle entre todo lo creado y es que el hombre como tal tenía libre albedrío, y al tener dicha libertad de decisión tenía en sí mismo la capacidad de poder desobedecer a Dios en caso de tener la oportunidad.
Hay quienes plantean lo siguiente: ¿Por qué Dios hizo la creación con la posibilidad de verse contaminada por el mal? Dios ante esto tenía 3 opciones:
1. No crear nada. (Él siempre seguía siendo Dios)
2. Crear un mundo lleno de criaturas que no tuviesen posibilidad alguna de revelarse en contra de él, en otras palabras que hubiese creado al hombre carente de la libertad de decidir por sí mismo. Seríamos meramente robots bajo una programación, entonces nuestro Dios no sería bueno,  sino un dictador divino.
3. Crear las cosas a como decidió hacerlo.
A como no es sorpresa Dios escogió entre las 3 opciones la mejor. Nos creó a nosotros y puso en nosotros la libertad de decidir. Cuando Dios creo a Adán y Eva deposito en las manos de ellos todo lo que había creado y les dio autoridad sobre todo (Génesis 1:28), pero ante ello solo les puso una pequeña prohibición, la cual era el test perfecto para comprobar legítimamente la fidelidad de la primera pareja en el huerto de Edén, Dios le dijo a Adán que tenía potestad de comer de cualquier árbol presente en el huerto de Edén a excepción de uno; el árbol de la ciencia del bien y del mal, y le advirtió diciendo: “Porque el día que de él comieres, ciertamente morirás.” (Génesis 2:17).
Posteriormente a la prohibición Dios hizo entrar en un profundo sueño a Adán y creo a Eva (Génesis 2:21-22) Adán escuchó audiblemente la instrucción por parte de Dios y era él quien se encargaría de transmitírsela verbalmente a su compañera y esposa Eva. Podemos apreciar que entre Adán y Eva no hubo una transmisión cuidadosa del mensaje de Dios para ellos, no hubo un legítimo interés por guardar para aquel entonces el único mandamiento que Dios había dado a la humanidad.
Dicho descuido se hace evidente en el momento de la tentación, cuando Eva se encontró a la serpiente distorsionó el mensaje que había recibido (Cf. Génesis 2:17; 3:2-3), al parecer el mensaje sufrió distorsión porque entre Adán y Eva no hubo una buena comunicación.
Eva ante la serpiente dijo lo siguiente: “Del fruto de los árboles del huerto podemos comer; pero del fruto del árbol que está en medio del huerto dijo Dios: No comeréis de él, ni le tocaréis, para que no muráis.”  (Génesis 3:2-3), Eva dio una declaración clara, contundente y convincente sobre la prohibición de Dios pero al final carecía de un fundamento firme, porque quedo convencida de la declaración de la serpiente, que le dijo: “No moriréis; sino que sabe Dios que el día que comáis de él, serán abiertos vuestros ojos, y seréis como Dios, sabiendo el bien y el mal.” Este dicho de la serpiente provocó en Eva una gran incertidumbre con respecto a Dios.
El dicho de la serpiente produjo una duda de carácter triple en la mujer en relación a Dios:
1. La duda  con respecto a la bondad de Dios, en otras palabras dice lo siguiente: “Dios te está negando algunas bendiciones.”
2. Duda con respecto a la justicia de Dios. “No moriréis.” En otras palabras insinúa que Dios quiere significar una cosa distinta de lo que dice.
3. Duda con respecto a la Santidad de Dios, en el versículo 5, la serpiente dice en efecto, lo siguiente: “Dios te ha prohibido comer del árbol porque te tiene envidia, no quiere que llegues a ser tan sabia como él, de manera que te mantiene en la ignorancia. Te ha impedido comer del árbol, no para evitar que mueras, sino para impedir que seas como él.”
Ante tales insinuaciones Eva sucumbió ante la mentira de la serpiente, y comió del fruto del árbol de la ciencia del bien y del mal, después de haber comido del fruto, dio a Adán para comiese también de él y Adán no se negó a hacerlo. Adán también fue lleno de dudas, vio que Eva había comido del fruto y que ninguna consecuencia inmediata había venido sobre ella, entonces él pensó que no podía perder la oportunidad de ser como Dios. (Génesis 3:6)



Después de que ambos comieron del fruto del árbol, los “ojos de ambos fueron abiertos”, en otras palabras recibieron una iluminación repentina tras haber desobedecido a Dios, tras haber pecado, en otras palabras experimentaron culpabilidad por el pecado, de dicha manera las palabras de la serpiente se cumplieron, pero el conocimiento recibido fue distinto del que esperaron. En lugar de sentirse como Dios, sintieron un terrible sentimiento de culpabilidad que les hizo temer a Dios. (Génesis 3:7)
Algunos comentaristas y eruditos bíblicos afirman que Adán y Eva antes de la caída estaban cubiertos por un halo o vestiduras de luz, señal de comunión entre ellos y Dios y también del dominio del espíritu humano sobre el cuerpo.
Después Adán y Eva comparecieron ante Dios y hubo terribles juicios para la serpiente como animal, para el hombre, la mujer y la creación misma. Tras la caída Dios profirió juicio en contra de la serpiente diciendo: “Por cuanto hiciste, maldita serás entre todas las bestias y entre todos los animales del campo: sobre tu pecho andarás y polvo comerás todos los días de tu vida.” (Génesis 3:14)
A la mujer le dijo: “Multiplicaré en gran manera tus dolores en tus preñeces; con dolor darás a luz los hijos; y a tu marido será tu deseo, y él se enseñoreará de ti.” (Génesis 3:16); El castigo del hombre no fue necesariamente la delegación del trabajo porque ya trabajaba desde antes (Génesis 2:15); más el castigo de él consistió en lo arduo del trabajo y los disgustos que le acarrearía (Génesis 3:17-19), La tierra y todo en general también sufrieron las terribles consecuencias del pecado cometido por Adán y Eva, más sin embargo también está destinada a compartir la redención con el hombre (Romanos 8:19-23), En Isaías 11:1-9 e Isaías 65:17-25, tenemos estos dos versículos como ejemplos de versículos que predicen la remoción de la maldición de la tierra durante el milenio.
Hasta este punto podemos notar que toda la culpa de la caída del hombre recae únicamente en él mismo, entonces ¿Por qué Dios salvo a la humanidad?
Dios creó al primer hombre y a la primera mujer con la libertad de decidir, el hombre como tal contempló, accionó y efectuó el pecado, por lo tanto lo justo, naturalmente sería que el hombre asuma las consecuencias de la desobediencia, las cuales son:
· Muerte física.
· Separación espiritual.
· Muerte espiritual.
Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron.
Romanos 5:12
En el pasaje bíblico anterior podemos ver claramente que las consecuencias del pecado cometido por Adán y Eva nos han sido heredadas hasta nuestros días, por lo tanto todos necesitamos a una ser salvos. La humanidad necesita ser salva porque se encuentra bajo juicio de condenación y perdición eterna “por cuanto todos hemos pecado”, Dios al ver la condición tan lastimera y tétrica del hombre, idealizó desde el principio un plan para salvar el hombre (Génesis 3:15; Efesios 1:4)



Dios nos salvó porque tuvo misericordia de nosotros al vernos en nuestra condición tan lamentable, nos salvó porque nos ama y lo hizo bajo su plena soberanía y para poder concluir la salvación de la humanidad se valió de su Hijo unigénito, quien padeció en la cruz del calvario y resucito al tercer día, pero más allá de esto que motivo a Dios para salvarnos.
¿Qué motivo a Dios para salvar al hombre?
Recién vimos porque Dios salvo a la humanidad, ahora nos toca saber que le motivo a Él para salvarnos. Lo que motivo a Dios para salvar a la humanidad fue ver su condición de perdición y condenación eterna, Dios es bueno y misericordioso, Dios es justo, Dios podía pasar por alto nuestros pecados y perdonarnos sin que su hijo Jesús padeciera en la cruz del calvario, pero al hacerlo dejaría de ser justo y también dejaría de ser santo, porque merecemos la condenación, la condenación en la humanidad es un realidad no tanto por el pecado inicial, sino por los pecados que cometemos individualmente a diario.
Dios al ser justo no podría pasar por alto nuestra desobediencia sin que sufriéramos consecuencia alguna, y Dios al ser santo no puede contemplar una relación con nosotros estando bajo pecado, por lo tanto Cristo muere en nuestro lugar para satisfacer la justicia de Dios (Romanos 5:8-10), y al haber pagado el precio del pecado (Romanos 6:23), tenemos libertad para tener una relación con Dios (Romanos 5:10), porque se nos atribuye la justicia de Cristo (Romanos 8:1), quien vivió, murió y resucito sin cometer pecado alguno (2 Corintios 5:21).
¿Estaba Dios obligado a salvar la humanidad?
En ninguna manera. La humanidad necesitaba ser salva, pero dicha necesidad surgió una vez que entró el pecado en la humanidad. La primera pareja al querer vivir en un estado de independencia de su Creador se encontró en un estado de condenación y perdición, lo cual es justo.
La Salvación fue una iniciativa divina, dándose por medio de Jesús, quién padeció en nuestro lugar, siendo todos nuestros pecados atribuidos a él (1 Pedro 3:18), de esta manera satisfaciendo la Justicia de Dios y trayendo a nosotros la Salvación (Romanos 8:1). Sabemos muy bien que Dios tomo la iniciativa para salvar a la humanidad, pero reside en la humanidad misma aceptar el medio por el cual Dios le ofrece la Salvación. Por ello nos es necesario hacernos el siguiente planteamiento:
¿Por qué es importante que el hombre se dé cuenta que está perdido para que pueda ser salvo?
El hombre por naturaleza está en desunión con su Creador desangrándole continuamente por medio del pecado. La humanidad se encuentra muerta en sus delitos y pecados bajo la potestad de Satanás (Efesios 2:1-2), siendo continuamente engañado e insensible a las verdades concernientes a Dios (2 Corintios 4:4). La humanidad necesita tener una relación con su Creador, ajustar cuentas con Él, ser Justificado, Regenerado y Santificado por la obra de Dios.
Cuando el hombre a nivel intelectual se da cuenta de su culpabilidad, a nivel emocional es compungido, convencido de su culpabilidad y esto le hace corresponder la Gracia de Dios, la Salvación por Cristo Jesús. Siendo Justificado, Regenerado y Santificado. Cuando el hombre se da cuenta de que está perdido, puede poner su fe en Jesús y su obra en la cruz, dando libertad de acción al Espíritu de Dios para hacer esta gran obra en él.
Pasando de un estado de culpabilidad a inocencia. De una naturaleza pecaminosa a una naturaleza espiritual (de Cristo), de un pecador penitente a Santo, es nacido de nuevo por lo tanto acepto a Dios, es Salvo.
Pero, ¿Por qué es tan difícil para la humanidad admitir su condición de pecado?
La dificultad reside en que el hombre por naturaleza es pecador, por lo tanto insensible a la voluntad de Dios, inclinado hacia el mal y Satanás está plenamente interesado en mantenerle en un estado de ignorancia de las verdades concernientes a Dios y su reino (Efesios 2:1-2; 2 Corintios 4:4; Gálatas 5:19-21).
Las dificultades principales son las siguientes:
1. Engaño del diablo en el hombre (2 Corintios 4:4).
2. Esta bajo la potestad del enemigo (Efesios 2:1-2).
3. Sujeto a una naturaleza pecaminosa (Romanos 7:17-19).


Ahora conocemos por qué Dios salvo a la humanidad, si has llegado hasta el final de este post, te agradezco mucho por haberte tomado tu tiempo para leerlo.
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