Las 3 etapas de la tentación.
La tentación sin duda alguna a es una artimaña de Satanás para que el creyente tropieze en la gracia de Dios. |
La tentación es una incitación a obrar mal. La tentación, si cedemos a ella nos puede llevar a pecar y el pecar tiene sus consecuencias, y estas consecuencias son negativas trayendo consigo destrucción para nosotros, para nuestro matrimonio y para nuestra familia. Cuando alguien peca no lo hace de la noche a la mañana sino que hay un proceso previo el cual facilita que la persona sea debilitada espiritualmente y posteriormente ceda a la tentación.
Es importante destacar que la tentación difiere de la prueba porque la tentación es una obra del enemigo con el propósito principal de que el creyente caiga en pecado, sin embargo la prueba es una circunstancia difícil y adversa en donde el creyente debe de refugiarse en Dios confiando en sus promesas, esperando con fe para su cumplimiento, las cuales Dios permite para que la confianza y fe del creyente se vean robustecidas.
Etapa 1:
Está es la etapa de los pensamientos. A nuestra mente se nos vienen pensamientos buenos y malos, pero somos nosotros quienes tenemos la soberanía sobre ellos y decidimos a cuáles ceder y a cuáles no. Cuando se nos vienen pensamientos malos que nos inducen al pecado, debemos de eliminarlos lo más pronto posible, y esto muchas veces se logra a través de la oración, debemos de confesarlos en oración para que estos sean llevados cautivos a la obediencia que es Cristo Jesús. (2 Corintios 10:4-5).
Porque si no es así, en nosotros se desarrolla una fortaleza, en la cual nos preparamos psicológicamente para poder cometer el pecado y ser insensibles a el, la prueba evidente de esto es que nuestra comunión con Dios se deteriora rápidamente.
No debemos de permitir que los malos pensamientos posen en nuestra cabeza por mucho tiempo para no dar lugar al deseo pecaminoso. |
Etapa 2:
Esta es la etapa del deseo. Si una persona no desecha los malos pensamientos, estos crean una fortaleza psicológica en la persona para que este predispuesta a pecar. Estos malos pensamientos se convierten en un deseo propio de la persona y sólo espera la oportunidad para cometer el pecado. En esta etapa el pecado ya ha sido concebido (Santiago 1:15).
Etapa 3:
En la tercer etapa el pecado es consumado. Resulta que la persona que anteriormente había perseverado en malos pensamientos, estos se volvieron en deseos propios y sólo espera tener la oportunidad para consumarlo y así dar a luz el pecado, y esto da a luz a la separación espiritual del creyente con Dios (Santiago 1:15). Si está persona se arrepiente Dios la perdona (Isaías 55:7).
Es importante destacar que Dios no tienta a nadie, sino que cuando alguien peca es porque se vio atraído al pecado a causa de sus deseos pecaminosos (Santiago 1:13-14), Dios no permite que el enemigo nos tiente más de lo que podemos soportar (1 Co2 10:13). Cuando alguien peca lo hace porque decidió pecar, no porque la tentación era "irresistible", está es la revelación bíblica que Dios nos da a través de su Santa Palabra.
Caer en la tentación abre una gran brecha a la posibilidad de volver a quedar bajo la esclavitud del pecado y la potestad del enemigo si no se procede al arrepentimiento. |
Porque como hijos de Dios ya hemos sidos liberados de la esclavitud al pecado (Juan 8:32-36) y de la potestad de Satanás (Efesios 2:1-2), Dios vive en nosotros en la personalidad del Espíritu Santo (1 Corintios 3:16-19), en nuestro interior la naturaleza del Espíritu de Dios y nuestra naturaleza pecaminosa permanecen continuamente en conflicto (Romanos 7:22-24; Gálatas 5:16-17), por nuestras propias fuerzas no podemos permanecer firmes ante la tentativa a pecar (Cf. Juan 15:5; Santiago 4:7) a causa de esto es que hemos sidos llamados por parte de Dios a una comunión continua y activa con su Hijo Jesucristo. Amén.
También puedes leer nuestro estudio anterior: ¿Cuál es el pecado de muerte?
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