Recuperando la Imagen y Semejanza de Dios.


Es evidente e innegable que nuestra existencia terrena tuvo un origen y ese origen deriva únicamente de un Ser Supremo, de nuestro Dios. 

Y dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra Imagen, conforme a nuestra Semejanza; y que tenga dominio sobre los peces de la mar, y sobre las aves de los cielos, y sobre los animales salvajes, y sobre toda la tierra, y sobre toda criatura que anda arrastrando sobre la tierra.
Génesis 1:26

Es importante destacar que la Imagen y Semejanza de Dios no consiste en una apariencia física, recordemos que Dios es espíritu (Juan 4:24) por lo tanto no tiene cuerpo, ni está sujeto a las misma limitantes que nosotros, los humanos.
En el original Hebreo la idea que comunican las Sagradas Escrituras, es que Ser la Imagen de Dios es ser la representación de Él en la tierra, y ser conforme a su Semejanza significa manifestar la naturaleza de Dios, con una vida de Santidad, Justicia y Verdad.
Cuando la persona es a la Imagen de Dios y conforme a Su Semejanza tiene la capacidad de poder afrontar con diligencia y responsabilidad todos los roles que le corresponden como individuo dentro de la familia, el matrimonio, en el ambiente laboral y la sociedad en general.
Por su parte el hombre es capaz de Amar, Proteger, Proveer a su familia, es capaz de ejercer como Sacerdote al ser el guía espiritual de su familia. Por su parte la mujer en medio del matrimonio y la familia ejerce con efectividad su papel como: Amante, Amiga y Ayuda Idónea, siendo quien respalda a su esposo y da buen ejemplo de sumisión a sus hijos.
El hombre a causa de su caída en el huerto de Edén dejó de ser la Imagen y Semejanza de Dios y desde entonces se ha dejado moldear por ideologías erradas, confiando en sí mismo (Jeremías 17:9) o en los demás (Cf. Colosenses 2:8). Es importante destacar que el pecado impide e impedirá que el hombre logre desenvolverse como la Imagen y Semejanza de Dios.

El que hace pecado es del diablo; porque el diablo peca desde el principio. Para esto apareció el Hijo de Dios, para deshacer las obras del diablo.
1 Juan 3:8

La obra del diablo consistió en hacer pecar al hombre delante de Dios y como consecuencia el hombre se echó a perder. Jesucristo evidentemente vino a deshacer la obra del diablo porque por medio de él hemos sido reconciliados con Dios (Romanos 5:8-10).
Ante esto, resta preguntarnos ¿Qué es el pecado?
El pecado es desobedecer a Dios, quebrantar el mandamiento de Dios, desviarnos del propósito original de nuestra existencia como creación de Dios. Pero a pesar de todo Dios esta legítimamente interesado en que volvamos a desempeñarnos como su Imagen y Semejanza en la tierra.
La grande y magna obra de Restaurar la Imagen y Semejanza de Dios es una obra que consta de 2 partes:
1. La intervención de Dios.
2. Acto firme de voluntad por parte del hombre.

Este es el resultado que provoca la intervención divina en el hombre. 

Dios en su intervención Justifica (Perdona todos sus pecados y declara inocente al individuo en el tribunal divino), Regenera (Imparte una nueva forma de vida, cambiando su ser moral y espiritual) y Santifica (Depura a la persona de los malos pensamientos, hechos y palabras en el pasar del tiempo, en otras palabras de poco a poco) al hombre.
El principio esencial para que el hombre recupere la dignidad de ser otra vez la Imagen y Semejanza de Dios es la restauración de la comunión con Dios y la única manera de hacerlo es por medio de Jesús (Juan 14:6).
Para ser restaurados por Dios a nuestra condición anterior es necesario que tengamos un acto continuo de voluntad (Cf. Romanos 12:2).
Por naturaleza somos incapaces de hacer la voluntad de Dios, pero cuando nuestra fe esta puesta estrictamente en Cristo y en su obra en la cruz, esto genera libertad de acción al Espíritu Santo para que haga esta gran obra en nosotros.
Ahora leamos atentamente el siguiente pasaje bíblico:
Esto pues digo, y requiero en el Señor que no andéis más como los otros gentiles, que andan en la vanidad de su mente. Teniendo el entendimiento entenebrecido, ajenos de la vida de Dios por la ignorancia que en ellos hay, por la dureza de su corazón: Los cuales después que perdieron el sentido de la conciencia, se entregaron a la lascivia para cometer con avidez toda clase de impureza. Más vosotros no habéis aprendido así de Cristo. Si en verdad lo habéis oído, y habéis sido por él enseñados, conforme a la verdad que está en Jesús. En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos, y renovaos en el espíritu de vuestra mente, y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad.
Efesios 4:17-24

Para concluir este estudio, en el pasaje bíblico anteriormente citado cuando dice: vestirse del “Nuevo Hombre” se refiere a que vivamos una vida Justa, Santa y de Verdad y de esta forma seremos nuevamente el hombre Creado según Dios en un inicio, conforme a la creación original en Adán y Eva.

Puede acceder a nuestro estudio anterior, titulado: ""El hombre y su liderazgo."

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