El origen del matrimonio.




La existencia del matrimonio no se derivó producto de la existencia fortuita, inesperada e impredecible de la humanidad sobre la faz de la tierra, la humanidad tuvo su origen en Dios. El matrimonio como tal tuvo su origen en la creación del ser humano por parte de Dios. Dios nos creó con la naturaleza de ser seres sociales e interactivos, así de esta manera se dio el origen, soporte y necesidad del matrimonio en la humanidad.

Sabemos perfectamente que Dios ha creado 3 instituciones en la tierra, siendo la primera el matrimonio, después la familia y por último la Iglesia, las demás formas de organización se derivaron de la necesidad de organización y estas tuvieron un origen meramente humano, más sin embargo en el caso del matrimonio no es así, no surgió por iniciativa humana.

Es evidente que el enemigo está dispuesto a destruir los matrimonios y una de las principales armas de las cuales él se vale para hacerlo es mantener a la humanidad en ignorancia con respecto a las verdades concernientes a Dios y su reino. Por ello, conocer el origen del matrimonio, constituye una gran necesidad para las parejas de hoy en día, saber que el matrimonio tuvo un origen meramente divino, sin duda nos puede alentar para seguir hacia a adelante.

Dios en el proceso de la creación tardó 6 días (Génesis 1), en el sexto día fue cuando Dios creó al hombre y a la mujer, lo cual le pareció bueno en gran manera (Génesis 1:26-27; 31), después de esto Dios bendijo la unión nupcial de Adán y Eva. El matrimonio no se dio en la humanidad por casualidad, sino que Dios en su grande y sublime sabiduría ideó, instituyó y formalizó el matrimonio como tal.

Podemos leer lo siguiente en la Escritura:

Y dijo Jehová Dios: No es bueno que el hombre esté solo; le haré ayuda idónea para él.
Génesis 2:18



En este versículo podemos apreciar que Dios identificó la necesidad del hombre, de una compañía y ayuda idónea, ayuda la cual no logro encontrar en toda la creación, después formó a la mujer de la costilla del varón y fue hasta entonces que a Dios le pareció buen en gran manera todo lo que Él había creado. 

Entonces Jehová Dios hizo caer sueño profundo sobre Adán, mientras éste dormía, tomó una de sus costillas, y cerró la carne en su lugar. Y de la costilla Jehová Dios tomó del hombre, hizo una mujer, y la trajo al hombre. Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola carne.
Génesis 2:21-22; 24.

Dios después de haber concluido la creación con el hombre y la mujer, les bendijo a ambos, le otorgó a ellos la bendición matrimonial al decir: “Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola carne” (Génesis 2:24), fui aquí donde Dios fundó y formalizó el matrimonio como tal. El origen del matrimonio se originó en Dios, es importante destacar que el matrimonio se originó desde antes de la entrada del pecado en la humanidad.

Más sin embargo hay quienes pueden alegar que la primer pareja en la tierra no eran un matrimonio como tal, porque no se narra en la Escritura que a ellos se les hubiese hecho una ceremonia en la cual esté explícitamente demostrado que Dios les reconoce como tal, más sin embargo Jesús cuando enseño sobre el matrimonio tomo como ejemplo la unión que existió entre Adán y Eva (Mateo 19:4-6; Marcos 10:6-8), en otras palabras Dios vio a Adán y a Eva como un matrimonio y no como una simple unión natural y trivial.

El matrimonio como tal es un proyecto avalado por Dios para la vida del hombre. Claro está que casi para todo existen sus excepciones y el matrimonio no es la excepción, hay personas que han decidido, deciden y seguirán decidiendo no casarse para dedicar su vida por completo al servicio de Dios (No debe de confundirse con el celibato sacerdotal) porque han recibido por parte de Dios el don de abstinencia (Cf. 1 Corintios 7:8), en otras palabras están totalmente exentos de todo tipo de deseo sexual.


Si en un matrimonio existe una legitima unidad, sin duda alguna el mismo se conforma o se ajusta a la voluntad de Dios, lo que Dios desea dentro de todo matrimonio es que tanto varón como mujer encuentren en el: compañía, complemento, ayuda idónea, armonía, amor y felicidad; a como está escrito: “el marido está para la satisfacción de la esposa y la esposa para la satisfacción de su esposo” (1 Corintios 7:33-34).

Dios no creo el matrimonio con el propósito de martirizar la vida de alguien y hacerle infeliz, sino que el propósito de Dios por medio del matrimonio es que experimentemos lo que es el verdadero amor y la genuina felicidad, la cual sin duda se encuentra en un matrimonio conforme al modelo de Dios.

La felicidad a plenitud en un matrimonio no es algo que se logre alcanzar de la noche a la mañana, para alcanzar dicha felicidad se necesita de tiempo y un conocimiento mutuo profundo entre la pareja, el noviazgo no es suficiente para consolidar la relación como tal, el noviazgo viene siendo únicamente aquella plataforma que precede al matrimonio y dicha plataforma no tiene la capacidad para que la pareja se conozca a plenitud, sino que ésta consolide el deseo de enlazar las vidas en matrimonio.

Al conocer con claridad que el matrimonio surgió producto de la iniciativa divina, y que el origen del matrimonio está en Dios, debemos de estar conscientes que el matrimonio no debe de verse como un contrato o un simple papel, sino como un pacto de naturaleza inmutable e inquebrantable entre Dios y la pareja.

El proceso de una restauración matrimonial muchas veces suele verse como algo difícil y complejo, pero dicho proceso sin duda alguna vale la pena, porque cuando hemos depositado nuestra y fe confianza en Dios, Él opera a nuestra favor.

Es probable que su matrimonio sea una relación sana, saludable y vaya creciendo integralmente, pero no puede ignorar que Dios es quien nos da las pautas para una continua y progresiva renovación matrimonial, porque fue Él quien lo instituyó, y como tal solo Él conoce a plenitud lo que el matrimonio es y lo que éste en sí mismo implica.


Ahora que conocemos con plena certeza cuál es el origen del matrimonio, podemos tener la confianza de buscar en la Palabra de Dios las pautas para extraer las normas, principios o código de conducta que nuestro matrimonio debe de tener y sabemos con exactitud de que en medio de nuestro matrimonio no estamos solos, sino que Dios está siempre de nuestro lado.

¡Gracias por tomarte tu tiempo para leer este estudio bíblico! ¡Te invito a que ahora lo compartas en tus redes sociales, para que más matrimonios se vean beneficiados al conocer esta gran verdad por parte de Dios!
¡Dios te bendiga!

Puedes leer ahora, el estudio anterior, titulado: ¿Porqué Dios salvo a la humanidad?
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