¿Esclavos de Cristo?


¿Somos esclavos o hijos de Dios? ¡Ambas cosas!, pero sí esto es bíblico ¿Cómo es posible que la mayoría de personas no se den cuenta de esta gran verdad?

¿Te parece familiar el término “Esclavos de Cristo”? lo más probable es que no, en la actualidad dicho término no es muy popular, nadie predica el Evangelio haciendo alusión a que somos llamados a ser esclavos de Cristo, pero más allá de esto ¿Qué nos enseña la Biblia acerca de ser un Esclavo de Cristo?

En la actualidad vemos que la mayoría de personas conciben que el evangelio es un llamado por parte de Dios al hombre, en el cual el Señor tomo la iniciativa para salvarnos, bendecirnos, y nos puede ayudar a cumplir nuestras metas, propósitos, objetivos, proyectos y expectativas, que está dispuesto a traer una restauración matrimonial, familiar, espiritual y económica, y esto es cierto, pero el problema consiste en que dicha verdad se lleva hasta el extremo dejando de ser plenamente bíblico.

La mayoría de personas presentan el evangelio como un sinfín de beneficios, derechos, bendiciones y dadivas omitiendo casi por completo que el creyente debe de tomar también una responsabilidad, un compromiso firme y cumplir con los deberes del Reino de Dios. A veces se nos presenta a un Jesús que está dispuesto cumplir todos nuestros sueños, y es probable que haya personas que tengan una idea errónea y adoren a un Jesús muy distinto al que expone la Biblia.


Esclavos de Cristo es el adjetivo que mejor nos describe porque es lo que somos. En el Nuevo Testamento son muchísimas las veces que se menciona “siervo” (gr. doulos) en varios contextos, pero la traducción correcta es “esclavo”. Vemos en el nuevo testamento que nos dice: “Ningún siervo (doulos) puede servir a dos señores;..” La traducción correcta es: “Ningún esclavo puede servir a dos señores;…” (Lucas 16:13).

Así podemos ver en más de 120 ocasiones en el nuevo testamento que la palabra “doulos” se traduce como siervo en lugar de Esclavo que vendría a ser la traducción correcta. Aunque la palabra Siervo y Esclavos vienen a ser sinónimas, la palabra siervo oscurece la claridad del mensaje de nuestra relación personal con Dios, en calidad de derechos somos “hijos de Dios” y en obligaciones y deberes somos “Esclavos de Cristo.”

En la antigüedad en Roma ser Esclavo era lo peor que le podía suceder a alguien, se consideraba a la libertad como el pináculo de la vida. Los esclavos eran posesión de alguien más y no podían renunciar, si un esclavo escapaba, se le podía arrestar, castigar físicamente e incluso llevarle a la crucifixión para mostrarle a los demás esclavos las consecuencias de este acto.

Al parecer a los apóstoles no les constituyó un serio problema en tiempos de Esclavitud, exponer a la Iglesia que nuestra relación personal con nuestro Salvador, consiste en ser esclavos de Jesucristo. Alguien podría suponer que dicha expresión contradice Juan 15:15 en donde Jesús le dijo a sus discípulos que no los llamará siervos, sino amigos. Ser esclavo de Cristo no contradice lo dicho en Juan 15:15, evidentemente los discípulos fueron amigos de Jesús pero se siguieron llamando a sí mismos esclavos.


A partir de ahora sustituiremos la palabra siervo (doulos) por esclavo, para poder comprender el mensaje de la Biblia en el vocablo estrictamente bíblico del idioma original (griego koiné).

El medio hermano de Jesús se presenta con humildad en su epístola: “Santiago, esclavo de Dios y del Señor Jesucristo” (Santiago 1:1). Vemos al Apóstol Pablo llamarse a sí mismo Esclavo de Cristo; “Pablo, esclavo de Jesucristo…” (Romanos 1:1); “… Pues si todavía agradará a los hombres, no sería esclavo de Cristo.” (Gálatas 1:10); “Pablo, esclavo de Dios y apóstol de Jesucristo…”

También a otras personas se les llamo o se llamaron de las misma manera a como sucede en los siguientes versículos: “Pablo y Timoteo, esclavos de Jesucristo…” (Filipenses 1:1); “Judas, esclavo de Jesucristo…” (Judas 1:1). El apóstol Pablo contestando interrogantes de la Iglesia con respecto al matrimonio en 1 Corintios 7:22-23 expone que hemos sido comprados por precio (de sangre), por lo tanto somos Esclavos de Cristo, y no debemos de hacernos esclavos de los hombres (permitir que la cultura e ideología circundante predomine más que el Señorío de Cristo). En el pasaje anterior los traductores bíblicos no oponen resistencia para traducir doulos a esclavo, porque es obvio el objeto de afirmación.

En Efesios 6:6 nuevamente aparece la afirmación de que somos esclavos de Cristo, hemos sido comprados a precio de Sangre, nuestro sentir debe de ser el mismo del apóstol Pablo, de modo que si agradamos a los hombres ya no somos esclavos de Cristo (Gálatas 1:10), debemos de preocuparnos únicamente por querer agradar a nuestro Señor y no a las demás personas. 

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